Los últimos años han sido impredecibles y con una cantidad de predicciones para los próximos años que a veces pueden dar miedo. Sin embargo, llega un punto en el crecimiento de toda empresa donde se necesita una inyección de capital adicional para poder crecer e incursionar en mercados nuevos. Ante esta necesidad, la venta total o parcial de un negocio es una alternativa de recapitalización que todo empresario debe tener en cuenta.
Existen tres pasos prácticos para prepararse ante una venta total o parcial de un negocio:
1. No cronometrar el mercado
Muchos empresarios intentan programar la venta del negocio para que coincida con el pico de un ciclo económico, con el razonamiento de que obtendrán el mejor precio. Esa puede ser la teoría, pero cuando se venda el negocio, el capital obtenido se invierte, y estas inversiones se ven afectadas por el mismo entorno macroeconómico donde se desenvuelve el negocio, lo que significa que estará invirtiendo en un mercado igual de efervescente. La mejor alternativa a esta situación es considerar vender cuando su negocio cumpla con dos criterios:
- Cuando los ingresos del negocio estén creciendo, el margen bruto es bueno, los empleados estén contentos y los clientes satisfechos.
- Estar preparado con lo que necesitará para sobrevivir a la debida diligencia de un inversionista y para eso, lo mejor es asesorarse de expertos que lo guíen en cada etapa del proceso. Un comprador sofisticado analizará todos los aspectos de sus operaciones, incluidas sus finanzas, los contratos con los clientes, los acuerdos de los empleados, la forma en que produce su producto o servicio, su enfoque de ventas, marketing y casi todas las facetas de su negocio. No puede esperar hasta la debida diligencia para prepararse. El volumen de preguntas absorberá demasiado su tiempo y el impacto de desenfocarlo puede afectar negativamente el valor de la empresa.
2. Mantener la especialización
La economía global presenta retos, es tentador expandirse fuera de su categoría original de productos y servicios, ya que los clientes parecen estar dispuestos a comprarle cualquier cosa. El problema con la diversificación demasiado amplia es que el negocio puede volverse menos atractivo para un inversionista, ellos compran lo que no podrían construir por su cuenta.
3. Crear un tablero de visión
Un tablero de visión es una muestra de imágenes que ilustran dónde quiere estar en el futuro. Cuando ya no tenga problemas que resolver como exportar a un nuevo mercado, un día puede fluir hacia el siguiente y puede estar contento, pero tal vez no realmente feliz. Un tablero de visión le recordará en todo momento hacia dónde quiere dirigirse.
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